lunes, 6 de julio de 2020

Capítulo 6. Margarita, la princesa del escándalo (parte III)

Por mucha voluntad que Margarita le pusiera, estaba claro que lo suyo con Tony no tenía arreglo. Él seguía viviendo una vida de playboy que hubiera hecho gritar de la envidia al mismísimo Julio Iglesias y ella... pues iba a fiestas, bebía - se cuenta que desayunaba vodka y cigarrillos - y acudía a actos oficiales en los que se aburría como una mona.

Un día, Margarita cayó en la cuenta de que sus amigos Anne y Colin, esos en cuya boda conoció a Tony, le habían regalado a su vez, para su propia boda, un terrenito en una isla del Caribe muy exclusiva. Lo típico que te pones a buscar en un cajón el certificado de empadronamiento y te encuentras con las escrituras de una parcela, no me digas que no te ha pasado. La isla en cuestión era Mustique, la recordarás porque fue la elegida por Ana Boyer para casarse con aquel espanto de vestido que nos dejó a todos con el culo torcido y llorando de dolor.

"¿Tú tienes una casa en Mustique, piltrafilla?"
Con sus escrituras en la mano, se fue para Mustique y según cuenta su amiga Anne Coke-Tennant, la misma que le había regalado el terreno, como le pareció que la parcela era pequeña, cogió las estacas que la delimitaban y las colocó unos cuantos metros más pallá. Que otra cosa no, pero humilde, tampoco. Ella era Margarita de Inglaterra y si necesitaba unos metricos más para que le entrase la piscina, a ver quién iba a decirle a ella lo contrario.

Estamos a finales de los años 70, la prensa del corazón está empezando a despuntar y Mustique se convierte en un refugio para algunos famosos con mucha pasta, más vicios y cero ganas de ser vistos. A Mustique solo se podía acceder en barco y no se permitía la visita a la isla si no era para alojarse en el único hotel que había entonces. Vamos, que si estabas pensando coger un patinete y la nevera para irte a pasar el día mañana, olvídalo. La isla, además de un maravilloso enclave natural, era un oasis de privacidad y si a eso le sumas que también era un paraíso fiscal, no te extrañará que celebridades como David Bowie, Paul McCartney o Mick Jagger decidieran hacerse una casita allí. Por la temperatura, mayormente, que era muy buena.

Margarita, con el Chuli, el Pay y el Cabra en Mustique
Margarita, que era la expresión más royal del punk y del rock n´roll, ya era amiga de Jagger desde hacía un tiempo. Se habían conocido en Londres en una fiesta y desde entonces, se hablaban. Claro, al verse en Mustique se saludaron porque fíjate tú, qué coincidencia, vienes mucho por aquí. Y chica, pues ya que estaban por allí, pues aprovecharon para ponerse al día de lo suyo. Tan al día se pusieron que, por lo visto, en uno de sus encuentros comieron tantas chuches que a Margarita se la tuvieron que llevar al hospital con una sobredosis de azúcar. A todo esto, su hermana, Sumaje, encantada de la vida con el romance, como ya os podéis imaginar. Tan contenta estaba que cada vez que alguien le sugería a Mick como posible receptor del título de Caballero de la Orden del Imperio, a la reina le daba un chungo. Cinco veces se lo propusieron a la reina como candidato y cinco veces dijo ella que antes se iba a Primark el primer día de rebajas que otorgarle esa distinción a alguien que tan mala influencia había sido para su hermana. Como si Margarita no viniera ya influenciada de casa. Hasta que en 2002, Tony Blair le dijo que se le estaba viendo mucho el plumero, que había hecho Sir a Paul McCartney o a Elton John y que dado que lo de Mick y su hermana era vox populi, que no se lo daba porque le tenía manía, cantaba por soleares. Con todo el dolor de su corazón, la reina le otorgó la distinción, pero espérate que el otro rencoroso, no fue a recogerla hasta 2003, porque tenía la agenda a tope, según le dijo.

"Ay, que te como los morritos"
Pero dejemos a Mick y volvamos a Mustique, a finales de los 60. Allí la gente tenía que entretenerse y para ello, se dedicaban a dar fiestas. Que podían haberse dado con una piedra en la espinilla, pero se conoce que lo de montar festivales, les iba más. Cuando hablamos de fiestas, en el entorno de Margarita, no nos referimos a reuniones para jugar a la canasta y tomar el té. No. Nos referimos a festivales que ríete tú de los ingleses en Salou.

"Esta noche, de tranquis"
No quisiera yo que creyerais que Margarita estaba siempre de fiesta en Mustique. También estaba de fiesta en Escocia y fue precisamente allí donde conoció a Roddy Llewellyn, un jardinero paisajista muy introducido en los círculos aristocráticos, diecisiete años menor que Margarita. En concreto, se conocieron en una fiesta que daban Anne y Colin Tennant, efectivamente, los mismos en cuya boda había conocido a Tony y los mismos que le habían regalado la casa de Mustique. Algunos dirían que eran un poco alcahuetes, pero no seré yo la que lo haga. Tras una velada en la que todos los presentes se dieron cuenta de que allí había tomate, Margarita invitó a Roddy a pasar unas vacaciones en Mustique y claro, Roddy no se pudo negar, porque no se le había ni pasado por la cabeza hacerlo.
Roddy, Margarita y Anne Coke-Tennant en Mustique. Roddy era jardinero, a la vista está, de los que tienen a gente enterrada en el jardín. 
A todo esto, yo no sé si se os había olvidado, pero Margarita y Tony seguían casados. A temporadas, vivían juntos en Londres, pero ya os podéis hacer una idea de que la convivencia era de todo menos tranquila. Ella sabía que su marido tenía una relación con una mujer llamada Lucy Lindsay-Hogg, pero claro, tampoco estaba en disposición de echarle nada en cara. Llegó a pedirle el divorcio en varias ocasiones, pero Tony no estaba por la labor. Hasta que en 1976, salta la sorpresa en Las Gaunas. No se sabe cómo, una fotografía de Margarita con Roddy hecha en Mustique se filtró a la prensa y los amoríos de la princesa quedaron al descubierto. Justo en ese momento, en la sociedad británica había un profundo debate sobre la utilidad de la monarquía, el despilfarro económico que esta suponía. Las fotos de Margarita en una isla caribeña, con un hombre casi veinte años más joven que ella, que no era su marido, no hicieron sino ponerla en la diana de todas las críticas, habida cuenta de que la señora cobraba una asignación semanal de mil libras. De mil libras esterlinas de mediados de los setenta, ojocuidao.

A Tony le pilla la noticia de los cuernos de su mujer en Australia y se indignó muchísimo, pero por dentro se le reían los huesos porque la prensa se tiró en tromba a criticar a Margarita, lo que le vino de perlas para que no se hablase de que él llevaba años engañando a su mujer y todo digno, se marchó de Reino Unido. Dos años después, en 1978, el divorció se hace efectivo, aunque de facto llevasen separados más de diez años. Margarita, por su parte, sigue la relación con Roddy, quien se sentía realmente abrumado por la repercusión que su romance con la hermana de la reina estaba teniendo. No sé en qué mundo vivía el hombre, así mismo os lo digo, para no ser consciente de que tener una relación con la hermana de la Reina de Inglaterra, diecisiete años mayor que él, iba a despertar cierto interés en la prensa sensacionalista. Aun así, antes de dejar a Margarita para casarse con otra mujer, a Roddy le dio tiempo a grabar un disco, que digo yo que si el ex de Karina, el Domingo Terroba, lo hizo, a ver por qué no lo iba a hacer él. Por razones que no llego a entender, no lo petó y el disco fue un absoluto fracaso. Juzguen ustedes mismos:


Margarita fue poco a poco desapareciendo del panorama social, ya no solo por el mal de amores - después de dejarlo con Roddy no se le conoció ninguna pareja - sino porque físicamente estaba hecha una pena. Le habían extirpado, como a su padre, parte de un pulmón en 1985. Cada vez seleccionaba más sus apariciones y una de ellas fue dar una entrevista a la revista ¡Hola!, en su edición inglesa Hello!, que acababa de iniciar su andadura en el Reino Unido unos meses antes. La mujer se lamentaba de que la realeza se hubiera convertido en un objetivo de la prensa del corazón y criticaba a Diana y a Fergie por contribuir a ello. Si la pobre levantase la cabeza...

Después de una neumonía, un derrame cerebral, de quemarse los pies de manera severa con agua hirviendo en la bañera, lo que la dejó en silla de ruedas por un tiempo y de varios accidentes cardiovasculares que le habían dejado como secuelas problemas para deglutir, pérdida de visión y parálisis en el lado izquierdo, Margarita falleció en 2002 apenas un par de meses antes de que lo hiciera su madre.

Pese a no tener un papel decisivo en la vida política de su país, fue sin duda una de las personas que más influyó en la evolución de la familia real hasta ser tal y como la conocemos - y adoramos - ahora. Fue el primer miembro de la familia real en divorciarse y sin duda, abrió el camino para que sus sobrinos nietos pudieran casarse con personas que no perteneciesen a la realeza. ¿Fue feliz? Bueno, a ratos. Sin duda, sus años con Roddy fueron los más felices de su vida y así se lo confesó la reina Isabel a Anne Coke-Tennant en los funerales de Margarita, cuando le agradeció que los hubiese presentado, porque "Roddy trajo a la vida de Margarita la felicidad que había perdido". Lo que sí podemos asegurar es que Margarita es, sin ningún género de dudas, uno de los miembros de la familia real británica más interesantes y un auténtico icono pop del siglo XX.

¡Ole tú, Margarita!

3 comentarios:

  1. Buenísimo! Gracias por hacernos pasar un rato tan divertido.
    Queremos más!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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