Nos pasamos la vida esperando, eso es un hecho. Cuando somos niños, esperamos con ilusión que llegue nuestro cumpleaños o Navidad; cuando somos adolescentes, que llegue el fin de semana para salir de marcha y cuando somos adultos, esperamos que lleguen las fotos de Tamara en bikini o las fotos de las vacaciones de Iker y Sara, que es básicamente la ilusión que teníamos este verano. Bueno, esta y que nos bajasen las ratios en los colegios, pero esto último me parece que no lo van a ver estos ojitos que se han de convertir en polvo. En fin, ya sabemos que no se puede tener todo en esta vida, así que de momento, tendremos que contentarnos con ver el Hola.
En la sección "Todo esto es mi casa", esta semana tenemos a un señor que se llama Guglielmo, que es como yo pronuncio "Guillermo" si me tomo dos gintonics. Guglielmo es un señor que un día tuvo que enfrentarse a una dura pregunta, formulada por su padre: ¿Quieres la empresa familiar o te doy una morterá para que te montes tú otro "bisnes"? Pues bien, Guglielmo cogió lo primero y se convirtió en CEO de Larusmiani, una empresa de moda masculina que debe ser famosísima, pero que yo no tenía el gusto de conocer.
Soy un truhán, soy un señor Foto: Instagram Mattia Bettinelli |
Guguielmo es así como una mezcla entre Bertín Osborne, Julio Iglesias y Lorenzo Lamas, que los más viejunos del lugar recordarán como El rey de las camas. Tú lo ves y, de repente, te teletransportas a 1987 y si lo miras fijamente, puedes oír la sintonía de Falcon Crest sonando de fondo. Haz la prueba. Imagino que ahora mismo estaréis pensando que estamos ante un playboy, un bon vivant, un vividor, vamos. Nada más lejos, no os equivoquéis. A la pregunta de si vive eternamente de vacaciones, Gugielmo contesta que de ninguna manera, que lo que pasa es que él ha procurado que sus tiendas coincida que estén en los lugares en los que suele pasar el rato, como Saint Moritz, Montecarlo, Saint Barth... Vamos, que si tú no te pegas la vida padre es porque no has sabido montártelo bien, a ver si va a tener él la culpa de que tu oficina esté en Carabanchel y no en Formentera. En una cala. En la orilla de la playa. Y además, para que lo sepáis, Guglielmo está en permanente contacto telefónico (sic) dieciocho horas al día, con lo cual, si un día os suena el móvil a las doce de la noche, o a las seis de la mañana, no os asustéis, que igual es él.
Guglielmo, otro duro día en la oficina Foto: Instagram Mattia Bettinelli |
Nos vamos ahora de excursión a la playa con Sofía Palazuelo, que sigue embarazada y en alta mar, en esta ocasión en compañía de su prima Tana Rivera. Que son primas de verdad y yo no había caído. Políticas, pero primas al fin y al cabo. Imaginaos lo que me pega la una con la otra que no había yo reparado en esta unión familiar. También en la playa está Kyril de Bulgaria, ese hombre que un día fue un cañón de señor y ahora se nos ha quedado un poquico amojamao, todo lo contrario de Elsa Anka, que se ha enamorado de nuevo de un señor muy aparente. Pues nos alegramos.
En otro orden de cosas, Adriana Abascal ha decidido iniciar una nueva vida. Un proyecto que son palabras mayores, algo por lo que está dispuesta a darlo todo y a arriesgar lo que haga falta. No sé si estáis preparados para lo que os voy a contar, pero Adriana está a punto de lanzar al mundo... SU PRIMERA COLECCIÓN DE ZAPATOS. Lo sé, lo sé, calmad vuestro entusiasmo, es justo lo que estábamos pidiendo a gritos. Esto y la vacuna contra el coronavirus, pero esto nos hace más ilusión, porque no son unos zapatos cualquiera, son unos zapatos para una mujer diferente, que no está dispuesta a negociar la elegancia. Así nos lo cuenta ella y así lo transmito yo.
Adriana pintada por El Greco Foto: Instagram Adriana Abascal |
Dejando a un lado que lo que más le guste a la hija de Adriana de todo su proyecto sea que las cajas son de cartón reciclao, abramos un melón: ¿por qué Adriana tiene en todas las fotos la cara como si la hubiera pintado el mismísimo Domenikos Theotokopoulos El Greco? ¿Envida de Rossy de Palma y su rostro picassiano? Queremos saber.
Otro tema que tenemos de plena actualidad es el treinta aniversario de Julio Iglesias y Miranda, a la cual soy incapaz de distinguir de Astrid la mujer de Baute. Pero como pocas cosas en el mundo habrán más poco interesantes que esta señora, que no da salseo ninguno, pasamos las páginas y nos encontramos a los reyes de Holanda apurando sus vacaciones.
Resulta que se han ido a dar una vuelta por Mikonos en el barco aquel que comentamos que tenían guardado para que nadie lo viese, pero los pillaron y claro, al bajarse a tomar una cocacola, se les olvidó la mascarilla, se hicieron un selfi... y a la gente le ha sentado mal. Pero pelillos a la mar, ellos han pedido perdón y aquí no ha pasado nada. Que lo mismo también estamos hablando sin saber y se les habían caído las mascarillas al agua, de ahí que Guillermo tenga esa postura tan poco royal en la foto. O igual es otra cosa, tampoco lo tengo claro.
Bueno, y para ir terminando, María Pombo, que nos enseña su casa nueva, una cosa que sin duda ninguna tiene muchísimo interés. Lo que más me gusta es una lámpara hecha con plumeros que tiene en el vestidor, que haría las delicias de cualquier alérgico a los ácaros, pero claro, esto os lo digo yo que no soy entendida en decoración. Lo que sí que os digo es que vamos a tener María Pombo para rato, porque cuando a los de Hola se les pone algo entre ceja y ceja... Por cierto, que tampoco soy capaz de distinguir a esta de la mujer de Carlos Baute.
María Pomb😴😴😴😴 Foto: Instagram Pablo Castellano |
Y eso es todo por esta semana, amigos. Feliz vuelta al cole (o no) y que el Señor nos pille confesaos.
¡Un abrazo chillao!