Yo, a lo máximo que puedo aspirar es a vivir sin horarios, creo que es mayor lujo que puede tener una
Pero amigos, eso se acabó. Hoy es uno de septiembre y partir de hoy toca correr, vivir estresado, cuadrar horarios, calentarte la cabeza con cuestiones como qué puñetas vas a hacer con tus hijos si ellos salen a la una del colegio y tú a las seis de trabajar, preguntarte cómo es posible que si normalmente recibes tres o cuatro emails de trabajo al día, tengas acumulados en la bandeja de entrada más de quinientos correos sin leer... y pesarte. Que estás más gorda que en junio ya te lo hueles, te lo dice tu intuición de mujer, el cargo de conciencia de saber que has comido helados por encima de tus posibilidades y te lo canta por Rosalía ese pantalón que te abrocha... a ver cómo te lo digo...
Pero aún así, tenemos el cuajo de pasar por el trago de subir a la báscula, comprobar que, efectivamente, no era tu imaginación y que eres cuatro kilos más feliz de lo que lo eras antes del verano. ¿Y eso qué conlleva? Pues la hecatombe, la madre del cordero, la perdición, el grado máximo de maldad que puede alcanzar el ser humano: los propósitos de septiembre. Vamos a ver una cosa, ¿esto no era en enero? ¿A santo de qué tenemos que ponernos otra vez a plantearnos metas vitales? ¿Esto lo hemos copiado de los USA, como Halloween? ¿Hasta cuando duran los propósitos de septiembre? ¿Se invalidan con los de enero? ¿Se vale repetir? Lo único que tengo claro es que parece resultar imprescindible hacer una lista de cosas que potencialmente van a cambiar tu vida de una manera radical y que, a partir de hoy, debes poner todo tu empeño en cumplir. Yo, que me apunto a lo que sea, no voy a ser menos, así que aquí os dejo mi lista de propósitos para este nuevo año que comienza hoy:
1.
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1. No engordar más.
2. Desmaquillarme todas las noches. No vale eso de bah, si no llevo rímel, a tomar por saco.
3. Empezar DE VERDAD a usar una crema de contorno de ojos. Esto incluye, además de comprarla, ponérmela cada noche. En su defecto, empezar a ahorrar para ponerme botox, hialurónico o lo que sea que haga que mis párpados vuelvan a donde han estado toda la vida.
4.
4.
4.
4.
4. Intentar no comer porquerías más de una vez por semana.
5. Desterrar de mi vida y de mi vocabulario lo de un capítulo más y me duermo. Así podré dormir ocho horas, lo que sumado a beber dos litros de agua al día me va a convertir en Giselle Bündchen, por lo que tengo entendido.
6. Hacer la lista de la compra en casa e ir al supermercado solo una vez por semana. Con el estómago lleno, a ser posible, para poder cumplir con los puntos 1 y 4.
7. Silenciar los grupos del whatsapp de madres y no contestar, ni entrar al trapo en discusiones del tipo "yo es que no entiendo por qué se tienen que disfrazar de Halloween si eso aquí no se ha celebrado en la vida".
8. Llevar siempre las uñas bien arregladas y, en la medida de lo posible, las cejas y el bigote depilados.
9. Echar la carta de los Reyes Magos y de Papa Noel antes del 23 de diciembre.
10. Que el cambio de ropa de verano-invierno no se me solape con el cambio de ropa de invierno-verano.
Y ya estaría. Yo, de momento, lo voy a apuntar todo en un post-it y lo voy a pegar en sitios estratégicos, como el espejo del baño, el frigo, el mando de la tele y el móvil. Pero ya, si eso, lo hago mañana, que hoy es domingo y los domingos no cuentan. La procrastinación y tal, ya tu sabeh.
¡Un abrazo chillao!
Acabo de descubrir este blog y esta entrada es REAL como la vida misma, la lista de propòsitos la voy a imprimir tal cual jajaja
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